Fiesta
Intervención en vitrina del CCeba

Una vitrina por definición es “un mueble cerrado y acristalado que se utiliza para exponer artículos frágiles o valiosos. La vitrina preserva los artículos del polvo y los retira del alcance de personas poco cuidadosas o del público en general”.

En esta definición podemos encontrar más que la explicación de la palabra vitrina, parece también muy adecuada para definir la palabra museo. (Basta con cambiar “mueble” por “inmueble”).
Por el mismo proceso, por el que un museo insufla prestigio y status de arte a los objetos que exhibe, la vitrina misma es testimonio de la importancia hipotética de los objetos que contiene. Implícita en esta definición, hay también, una apreciación sobre el arte. Aparece la idea de que arte es algo (un objeto) “valioso” que debe ser “preservado del polvo” o conservado, y claro, algo que debe ser retirado del alcance del público. No es una novedad que el arte es un sistema excluyente, un mundo accesible para unos pocos, que cada vez se aleja más del público general.
Fiesta da cuenta de este carácter excluyente del arte y su circuito, alterarando algunas de las funciones habituales de la vitrina: se entorpece la visión, se eliminan los “objetos a exponer” y en su lugar se intenta resignificar la vitrina como un todo, utilizando iluminación y audio. Se crea un espacio virtual en el que se desarrolla esta celebración ilusoria, a la que no estamos invitados.


Mariano Dal Verme y Bárbara Kaplan, noviembre de 2007.

En Ramona:
Los microespacios toman el Centro Cultural España en Buenos Aires, y las paredes de la institución se visten de instalaciones para recibir a propios y a extraños.

Fiesta

Con la vitrina como metáfora de museo, esta instalación se propone alterar las funciones habituales del mueble cerrado y acristalado que tradicionalmente se destina a exponer y preservar objetos. La vitrina dota de valor a los objetos que contiene y los aleja del público. Mariano Dal Verme y Bárbara Kaplan resignifican el mueble ocultando su contenido y dejando que la curiosidad del observador le de sentido a la obra. Las luces y los sonidos son los únicos indicios de lo que ocurre detrás del vidrio. Como metáfora de lo excluyente que resulta el arte, Fiesta nos invita a imaginar lo que ocurre en el interior del mueble, sin poder participar... como ocurre con las obras en un museo, como ocurre con los objetos valiosos en una vidriera.

Ernesto José Suárez